Desde comienzos del siglo XXI se ha hecho más evidente el efecto adverso de la actividad humana sobre el clima del planeta, especialmente desde las industrias y los hábitos de consumo. Por esa razón se ha venido trabajando en el mundo desde la declaración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por la ONU en 2015, y han empezado tendencias como la inclusión de la evaluación del ciclo de vida del producto (Life Cycle Analysis LCA) como eje temático del conjunto de normas ISO14000 aplicables en la gestión ambiental de cualquier organización industrial de bienes o servicios.
Para los ODS enfocados en la producción y el consumo de bienes (#9 y #12) y para la norma ISO citada, es necesario hacer una revisión del producto ofrecido desde el origen (producción) hasta el final de su vida útil (reúso o disposición final) para determinar su huella de carbono. Existen referencias recientes de este indicador para diversos productos fabricados de poliéster reforzado con fibra de vidrio (GRP/PRFV) [Broniewicz, M., Broniewicz, E., Dec, K., & Lubas, S. (2021), Erlandsson, Martin. (2021), PwC. (2023)], y en la mayoría de los casos los resultados comparativos son favorables para el material compuesto por su durabilidad (incluyendo una baja tasa de reemplazo), y por su peso liviano que implica una huella menor en la manipulación y transporte.
Los postes de GRP/PRFV fabricados por O-tek y usados en estructuras utilitarias de servicios como distribución de electricidad o iluminación exterior dan evidencia de la ventaja de utilizar el material compuesto al compararlos con postes equivalentes de concreto o de acero. De esta manera podemos comprometernos no solo con la reducción de impactos ambientales, sino también con la infraestructura para energías limpias y ciudades sostenibles (ODS #7 y #11).